Una más una es igual a una

 


Los diarios dijeron que era el comienzo del fin de Corea del Norte, que dejará de ser el reducto del anti imperialismo radical del mundo.

Esa fue la consideración al reseñar la reunión que tuvieron en Pyongyang el dirigente norcoreano Kim Jong Il (foto) –hijo del otrora ídolo revolucionario Kim Il Sum– y el presidente de Corea del Sur, Roh Moo Hyun.

Durante la reunión, Kim Jong Il convino en el desmantelamiento del complejo atómico que posee Corea del Norte, y aceptó que Estados Unidos fiscalice este proceso, como quiera que, en adelante, será su financista.

¡Quién lo diría!

Largos colmillos enfurecidamente venenosos se mostraron por largo tiempo Norcorea y Estados Unidos, desde la época del radical Kim Il Sum, maestro del proletariado internacional junto a José Stalin.

Corea del Norte estaba aislada. Fríamente aislada. Ferozmente aislada.

Al principio por decisión de Kim Il Sum, quien no podía dejar que su pueblo se contaminara de Capitalismo, y después, porque así lo dispuso Estados Unidos.

¡Pero ahora trabajarán juntos!

Aunque esto es un paso gigantesco, lo que siempre me pareció urgente fue la unificación de las Coreas. Esa línea divisoria parecía un hacha clavada en las carnes del pueblo.

Por lo demás, era ridículo ver que, en efecto, había una línea física, a lado y lado de la cual se paraban militares uniformados, y se miraban con odio.

Aquel espectáculo se veía lo más caprichoso y anti proletario, lo más marxistamente ridículo, lo más imperialistamente malvado. Porque era una pugna de egos, a espaldas del bienestar del pueblo.

Muchos años de hambruna pasó Corea del Norte. Muchos millones de norcoreanos murieron de hambre. Pero Kim Jong Il, heredero directo del "mandato socialismo" de su padre Kim Il Sum, no podía con su orgullo, ni dar el brazo a torcer.

Aún lleno de necesidades humanas, Corea del Norte se lanzó a crear una planta nuclear de plutonio, y probó que iba en serio cuando hizo estallar controladamente una de sus bombas.

Quizás este capricho de Kim Jong Il haya servido para llegar al punto en el que estamos.

Lo importante ahora es que Corea pueda ser una, como era al comienzo. Algo así como la ecuación de 1+1=1.

Por lo pronto, con su sonido característico, un tren de carga avanzará con mercaderías para las dos Coreas por la llamada Zona Desmilitarizada; habrá un área común de pesca en el Mar Amarillo; los surcoreanos podrán ir a Corea del Norte en avión al venerado Monte Paektu; y se fortalecerá el Programa de Reencuentro de las familias separadas por la guerra.


Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente